La mujer hipotecó
su casa para comprar todos los cursos de lectura rápida online y presenciales
que había en el mercado. Pasó de leer 180 palabras por minuto a 15.600. Podía
leer Crimen y Castigo mientras
almorzaba. El Quijote en un cuarto de
hora. Tenía un objetivo. Había aprendido a sintetizar sus deseos, a
concentrarse en una única cosa. Su misión: leer todos los libros que se habían
escrito hasta ese momento. Los quería todos. Había conseguido leer más de
trescientos libros al día. Le quedaban tan pocos por leer como dinero en la
cuenta corriente.
Un 23 de diciembre, después de cuarenta y dos años, por fin, la mujer
convocó esa rueda de prensa con la que tanto había soñado. Ante más de treinta
periodistas confesó orgullosa que había leído todos los libros que había
escrito el ser humano. Soy la única persona que lo ha conseguido.
Todos aplaudieron. El
responsable del Libro Guiness de los
Records confirmó que la mujer, ya anciana, había completado aquella proeza.
Es cierto, sentenció, nuestros grandes expertos lo avalan. Y le colocó la
medalla y le dio un cheque. Entonces, una joven periodista le preguntó qué
libro le había gustado más, cuáles diría que son los libros fundamentales del
pensamiento humano, aquellos que todos deberíamos leer. La mujer que lo había
leído todo miró a la periodista y se quedó muda para siempre.
12:04h. He parado la noria un rato y buscado un nuevo relato...GRACIAS! Precioso.
ResponderEliminarCurioso conjuro, que nos ata y petrifica: ¿A quien quieres más?
Parece un escenario invencible. KOBAYASHI MARU
Gracias a ti por dedicar a uno de mis relatos un poco de tiempo entre tanto ruido.
ResponderEliminarSiempre nos quedará Lisboa.