sábado, 25 de abril de 2020

41. EL ACTOR PERFECTO




El actor, conocido como el Perfecto muchos años después, lo arriesgó todo por aquella película, etiquetada desde el inicio, por sus faraónicas pretensiones, como la Maldita. El actor alcanzó cumbres de interpretación que de ningún modo imaginó alcanzar. Su talento devoró el ingenuo arco de personaje que el guionista escribió para él, y más que un arco lo transformó en un auténtico universo.
         La película maldita, la película que muchos se jactaron de que nunca se vería en una pantalla, la película imposible de rodar, la película más compleja y divertida y dramática y emotiva jamás creada, solo podía ser protagonizada por alguien como él. Fue, sin lugar a dudas, tanto para el público como para la crítica, una vez concluida, épicamente, cuarenta años más tarde, con 480 horas de duración, la mejor actuación de todos los tiempos. La película conquistó cada festival al que se presentó, ganando cada premio al que optó. Él también.
         Unos días después de recibir el último premio, cuando todo hubo acabado, el actor perfecto descansó. Durmió treinta horas seguidas. Al despertarse, después de mear y desperezarse, se miró en el espejo del baño de su casa y se sobresaltó al descubrir a un hombre, arrugado y con el cabello ralo y canoso, atrapado en el interior del espejo, mirándolo con ojos de pánico.

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